INGREDIENTES:
Tomates
Azúcar
Zumo de un limón
PREPARACIÓN:
Cogemos los tomates y los pelamos. Si no podemos los escaldamos, es decir, le hacemos una cruz en la base y los metemos unos segundos en agua hirviendo. Cuando ya estén pelados y partidos (si no te gusta con las semillas se las quitas), los pesamos y lo metemos en un caldero.
Luego añadimos el azúcar que será la mitad del peso de los tomates y el zumo del limón. Lo dejamos que repose unas horas (2 ó 3). Ponemos el caldero al fuego y dejamos que se vaya haciendo poco a poco, por supuesto removiendo constantemente, y apagamos cuando adquiera la consistencia de una mermelada.
Por supuesto, siempre al gusto. Hay quien no le pone limón, o le pone canela.